“Se fue la Luz por un daño eléctrico” me comentaba mi prima y casi hermana, con mucha preocupación sobre todo porque su hija a quien yo afectuosamente llamo “Juanita”, se había quedado sin hacer absolutamente nada; ya sabemos que nuestros menores están muy compenetrados con la tecnología; yo escuchaba y no salía de mi ¡asombro! pues solo le respondí: ¡pongamos de moda el aburrimiento! y comencé a explicarle lo que ahora compartiré con ustedes, ofreciéndoles algunas claves para desarrollar la inteligencia social de nuestros niños y adolescentes.
La crianza y la educación es un tema que nos preocupa mucho cómo padres, muchos fuimos educados pensando en el futuro; teníamos que estudiar mucho para poder ser exitosos, tener una familia, alcanzar un buen empleo, cumplir ciertos parámetros sociales o por lo menos esto pensábamos hasta hace muy poco, cuando la situación cambio drásticamente para la humanidad. Actualmente hemos vivido de crisis en crisis y esto nos ha obligado a reinventarnos y a cambiar, dejar de pensar tanto en el futuro y más bien concentrarnos en el AQUÍ Y EL AHORA; Debido a las exigencias actuales de nuestra sociedad conformada por nuevas generaciones, sacándonos así de nuestra zona de confort y proponiéndonos un estilo diferente de crianza, enseñando a nuestros hijos la capacidad de improvisar, de reinventarse a lo largo de su vida en todas sus facetas, pero sobre todo la manera en la que desean relacionarse con su vida, teniendo en cuenta la valentía, el coraje y los cuestionamientos de cosas que le preocupen, potencializando su INTELIGENCIA EMOCIONAL y lo más importante, conseguir que ellos sean capaces de disfrutar de las pequeñas cosas y de los detalles, olvidándonos de arrastrar los errores como sociedad del pasado.
Darles la oportunidad a nuestros hijos de aburrirse, le enseñará a esperar, les permitirá conectar con sus emociones; es en esos momentos que será más fácil activar su creatividad, la cual es base esencial para su aprendizaje, validar el no hacer nada por momentos, va a hacer que nuestros hijos toleren más la frustración. ¡Pongamos de moda el Aburrimiento! Acompañarlos mientras le criamos, conseguir que lo que decimos y hacemos este en total armonía, el ejemplo siempre será una de mis mejores recomendaciones a aplicar como padres para nuestros hijos.
Oscar Wilde decía que “amarse a uno mismo es el principio de una vida romántica”, hay que enseñarles a nuestros hijos a mirarse con dulzura, no tener la necesidad de ser aprobados por nuestra sociedad, sino que desde ellos mismos puedan alimentar su AUTOESTIMA. Los niños con baja autoestima son inseguros, muestran dificultades para la toma de decisiones, siempre necesitan la aprobación; quienes tiene una autoestima más alta son más seguros, decididos y autónomos; por ende, en su adultez llevarán una gran ventaja emocional que les hace ser diferentes, destacarse y ser más felices. Es precisamente el cuidado de la Autoestima lo que más les ayudará, necesitan que les expliquemos que no existen emociones buenas o malas, que les ayudemos a desarrollar y validar estrategias que les impulse a sentirse mejor; desde este punto los colegios tienen la oportunidad de realizar un aporte muy importante, el de asignaturas que les enseñe acerca de las emociones, además de las clases extracurriculares como danza, bailes, idiomas, etc. la asignatura más importante que podemos ofrecer a nuestros niños es la de la felicidad, guardando las proporciones de explicar que la felicidad es la forma de saber cómo nos observamos y nos identificamos; esto lo conseguimos a diario y la mejor formas de ayudarlos es mostrarle cómo hacer mejor las cosas, demostrando que estaremos a su lado sin ninguna condición como padres, esto les enseñara que en la sociedad que vivimos está llena de éxitos y fracasos y que es algo normal, nada que ver con la relación del dinero; nuestros hijos lo que necesitan es que desde muy pequeños les expliquemos la importancia del error en su aprendizaje, como dice mi artista predilecto Nach “No hay mejor profesor que el error, ni más dulzura que el que llora y cura su dolor”. Los niños capaces de identificar sus errores son aquellos que los superan y aprenden con mayor facilidad; enseñarles a errar correctamente es la mejor forma de ofrecerlo como una magnifica fuente de aprendizaje, acompañar a nuestros hijos con cariño en sus logros y fracasos con el dialogo acertado, será de vital importancia para que ello se convierta en algo sólido, acompañándolos sin etiqueta, sin comparaciones y sin juicios.
No Podemos olvidar la importancia del afecto como protagonista de la crianza hacia nuestros hijos, besos que regalen oportunidades, palabras que les brinden aliento y miradas que les ayuden a generar esa complicidad con la que ellos crecerán con total seguridad, lo que más necesitan nuestros hijos es de nuestro tiempo y de nuestra comprensión.
No sobreproteger a nuestros hijos y demostrarles que podemos confiar en ellos, porque confiamos en el trabajo que como padres hemos realizado con ellos, es lo que determina muchas de las cosas; enseñarles a dar respuesta a los cambios, es la forma de ayudarles a entender este mundo cambiante, enseñarles a que no siempre conseguirán todo lo que se propongan pero, que se mantengan motivados hacia su presente y su futuro; debemos trabajar mucho por su autonomía, su empatía y su INTELIGENCIA SOCIAL, hablar de incertidumbre sin ningún tabú, pase lo que pase siempre estaremos con ellos sin condición; cuando condicionas a tu hijo siembras temores en ellos y aumenta una de nuestra emociones primarias: el MIEDO, aunque no es una emoción negativa porque le permitirá protegerse y les ayudará a avanzar, sin embargo no podemos permitir que este MIEDO nos limite a aquello que deseemos a alcanzar, esta emoción básica se ve de forma natural en el ser humano a partir de los 12 meses de edad; los más comunes son: miedo al abandono, a la oscuridad, a las brujas, fantasmas o monstruos. Lo que yo cómo psicóloga siempre recomiendo es enseñar a través de nuestro ejemplo, que el miedo podemos enfrentarlo con seguridad y con humor, nunca amenazarlos con generar más miedo o utilizarlo para controlarlos, como cuando de niños temíamos al COCO u otro cuento infantil que nos creíamos y que al sol de hoy siendo adultos no solo repetimos con nuestros hijos, sino que además les afectamos y recreamos atreves de su imaginación.
¡Permíteles aburrirse! No transmitas tus temores y sobre todas las cosas, permíteles vivir cada experiencia de su vida con la naturalidad de la vida, pongamos de moda el aburrimiento en nuestros hijos y permitámosle desarrollarse de forma Sana y Segura.
Por: María rebeca García Monroy
Psicóloga Social. UNAD «