Hola, soy Rebeca, psicóloga con más de 8 acompañando al ser humano a transitar sus emociones desde la psicología. Hoy quiero hablarte desde un rincón muy humano, dejando la teoría a un lado: desde mi corazón cómo mujer que ha vivido, sentido y acompañado un sinfín de transformaciones, sí, cómo tú… Y es que ser mujer es un viaje emocional complejo y poderoso. No somos las mismas a los 15, a los 30 o a los 50 y, sin embargo, seguimos siendo nosotras. ¿Lo has notado? a pesar de las demandas biológicas, psicológicas y sociales, del roll que se supone se espera de cada una de nosotras, ser la columna de una sociedad en la cual mayormente debemos trabajar el doble para destacarnos y alcanzar el éxito, por encima de ser mujer, esposas, madres, y trabajadoras, también somos el apoyo emocional de toda una sociedad, esto muchas veces nos sobrepasa sin importar la etapa. Si recordamos la Adolescencia: Cuando las emociones gritan tan fuerte y a veces nos estrellábamos por ir detrás de ellas, casi sin pensar, algunas queriendo huir del caos en casa y otras que nos llamaban a inventar una historia ideal en nuestra mente y sacudían literal nuestras vidas a través de la experiencia, que nos ayudaba a irnos aterrizando de a pocos en la madurez de la siguiente etapa… En esta etapa, muchas veces sentimos que el mundo se nos viene encima. Todo es intenso, radical. El cuerpo cambia, el entorno juzga, y la autoestima se convierte en una montaña rusa. Aquí el trabajo emocional consiste en darle nombre a lo que sentimos y enseñarles a nuestras adolescentes que lo que viven es válido, aunque a veces duela, talvez ¿cómo nos hubiera gustado lo hicieran nuestras mamás? Gracias a esta etapa pudimos transitar emocionalmente y a pesar de nuestros errores a La adultez temprana; cambian las preguntas, forjamos nuestra identidad- ¿Quién soy yo cuando nadie me mira? Entre los 20 y 35 años, llega la presión de ser, de cumplir, de “tener todo bajo control”. Relaciones, trabajo, estudios, familia… ¡todo a la vez! Muchas mujeres llegan a consulta sintiéndose perdidas, desconectadas o agotadas. La clave aquí es reconciliarnos con nuestra historia, sobre todo la emocional, y aprender a poner límites que cuiden nuestra energía. Y finalmente llegando a La madurez, visto más naturalmente como un sentimiento de renacer emocional; A partir de los 40 (¡sí, como yo! Jajaja), nos empezamos a escuchar de verdad. A veces, esto llega acompañado de ansiedad, tristeza, o la famosa «crisis de los 40». Pero ¿sabes qué? También es la etapa más poderosa. Aquí descubrimos una fuerza emocional que no sabíamos que teníamos. Aprendemos a priorizarnos sin culpa y a sanar heridas antiguas con más auto compasión. Esa vocecita que nos autosaboteaba se disminuye y nos permite entender que la vida es para vivirla con sus altos y sus bajos , y que solo viviéndola podremos recuperar algo que por inmadurez, antes habíamos perdido , tratamos de recuperar lo que sentimos nos ha sido arrebatado , pero con mayor consciencia y más acompañamiento propio , eso es madurez , caminar contigo misma sin sentirte intimidada , confiando plenamente en que conoces el camino y sabes a elección propia por donde volver o no volver nunca a caminar. A estas alturas, todo dependerá de ti y de esta consciencia emocional.
¿Por qué te hablo de esto? Porque muchas mujeres creen que «deberían estar bien» todo el tiempo. Y no. Sentir es parte de vivir. Lo importante no es evitar las emociones, sino aprender a leerlas. Son como mensajes del alma que nos dicen: “necesitas parar”, “necesitas hablar”, “necesitas cuidarte”, “Necesitas alejarte”.
Como psicóloga, te invito a normalizar tus emociones. A pedir ayuda cuando lo necesites. A entender que no estás sola, que somos muchas las que vamos en este camino de crecer emocionalmente y vivir con más paz.
¿Te sentiste identificada? La psicología me ayudo mucho a poder comprender y aceptar que una vida no era una opción para mi , yo deseaba vivirla y no sabía ¿cómo? , talvez tu te has sentido igual , y cuando tenemos ese encuentro con nosotras mismas podemos descubrir una caja de pandora!, llena de cosas, sentimientos, emociones, experiencias , traumas , momentos memorables , y de tiempo, sí , de tiempo… ese que brindamos desmedidamente por nuestros distintos rolles y que muchas veces olvidamos proponer en nosotras mismas , también debemos ser mujer pero para nosotras mismas , Déjame un comentario, compártelo con otra mujer que lo necesite o agenda una consulta , Juntas podemos transformar ese caos emocional en un mapa de autoconocimiento. Te espero. 😉
Con amor; Rebeca Monroy. Sensible, más no débil.